NUESTRA ESTRUCTURA DE PENSAMIENTO – PRIMERA PARTE

Ricardo Martín Almada

8/15/202326 min read

El común de la gente, está condicionada por la lógica aristotélica. Y los científicos dentro de dicha lógica, siguen ciegamente el método cartesiano de René Descartes (1596 – 1650) y el de la física clásica y mecanicista de Isaac Newton (1642 – 1727). Dichos modelos son utilizados hasta hoy día, en las diferentes disciplinas como la psiquiatría, psicología, economía, educación, medicina, tecnología, política, etc. Hace 87 años, la física cuántica, llamada física moderna, ha revolucionado el pensamiento científico y desplazado a la física mecanicista de Newton, proponiendo un modelo NO – ARISTOTÉLICO, NO – CARTESIANO, NO – NEWTONIANO. Pero, lastimosamente, la inmensa cantidad de científicos, a causa de su ego y arrogancia, ignoran dicha revolución y siguen pretendiendo estudiar y hacer las cosas utilizando el esquema aristotélico, cartesiano, newtoniano, ya totalmente obsoleto, por negarse a admitir, como Sócrates, el hombre considerado por los Dioses como el más sabio: sólo sé que nada sé.

Hoy día, dicho esquema es incapaz de resolver enigmas y curar enfermedades, superar la crisis económica y social, además del desequilibrio ecológico. Nuestros economistas, políticos, tecnócratas están en crisis de ideas y es por la manera limitada y lineal de enfocar nuestra realidad, que cambia permanentemente. Pretenden analizar la realidad de manera fraccionada, mecánica, independiente y estática.

Pretender seguir aplicando fórmulas obtenidas en un determinado momento social, político, económico y religioso, a otros momentos y contextos totalmente diferentes, en cada una de las disciplinas mencionadas. Todos los fenómenos sociales, psicológicos, biológicos y ecológicos, debemos verlos en interacción, como una globalidad. Los médicos no saben cómo curar el cáncer y la depresión por ejemplo.

Los economistas y políticos no saben cómo parar la inflación, el desempleo, solucionar los problemas de energía, la inseguridad, etc. Dicho esquema aristotélico – cartesiano – newtoniano, obsoleto desde su creación, ha desviado y retrasado a la humanidad en el camino a descubrir las verdades universales y no podrá resolver nuestras dificultades actuales, ya que aquél nefasto esquema, fue el causante de todo el desequilibrio humano y ambiental que sufrimos hoy día. Éste fatídico esquema, por el materialismo que nos impuso con sus concepciones filosóficas, está llevando a la humanidad a su posible desaparición y cuyas consecuencias visibles son el calentamiento de la tierra y el gran desequilibrio ecológico. La filosofía cartesiana – newtoniana, ha despreciado a la naturaleza proponiendo que había que aplastarla, someterla y dominarla para beneficio del humano. A partir de ese momento, comenzó en el mundo, la deforestación de bosques y la falta de respeto total a todos los integrantes de la naturaleza. y el resultado de estas acciones, lo tenemos a la vista: un gran desastre ecológico. Vivimos una profunda crisis que afecta a nuestra existencia, al medio ambiente, a nuestra salud individual y social y a nuestro relacionamiento. Es urgente y necesario establecer una estrategia ecológica para superar el deterioro de nuestro medio ambiente. Para ello se necesita un cambio profundo en el interior de cada uno, una toma de conciencia general por parte de la humanidad, lo que se prolongaría a nuestras instituciones sociales, médicas, educativas, de investigación científica, etc. Pero lo más importante: Se hace necesario un replanteo y cuestionamiento total de todos nuestros valores sociales y religiosos. Modificar totalmente nuestro sistema de pensamiento para la aceptación de nuevos valores y nuevas formas de percibir la realidad, ya que el problema de nuestro entorno, lo llevamos dentro.

Debemos liberarnos de todos los condicionamientos del psiquismo y del ego.

ADVERTENCIA: Cuando hablamos de aceptar nuevos valores y nuevas formas de percibir la realidad, es importante utilizar a la par el discernimiento. La nueva degeneración a nivel mundial de la ideología de género está facilitada por una supuesta apertura mental de aceptar todo lo que nos venden. Hablan de “deconstruir” la realidad, pero este tipo de deconstrucción lleva al caos, no al entendimiento ni a superar los condicionamientos.

La deconstrucción fue un término originalmente acuñado por Jaqcues Derrida, que vivió entre el totalitarismo del fascismo y del comunismo. Entendió que los opuestos binarios de éste tipo eran nocivos, y que hay que encontrar un equilibrio y puntos intermedios. Luego, filósofos marxistas de la escuela de Frankfurt mal utilizaron estos conceptos para invertir términos del marxismo e iniciar las bases de una “deconstrucción” cultural premeditada por el Sionismo (El marxismo es una herramienta sionista), que no son otra cosa que los grandes dueños de centros financieros (Como los Rothschild) enemigos de la humanidad.

Debemos pasar de una concepción mecanicista de la realidad, a la concepción holística de ella. Los pioneros de la física quántica, iniciaron en 1920 el proceso para desprogramarse de la lógica aristotélica, del método cartesiano y el de Newton, para lo que necesitaron varios años, pues las encontraron inadecuadas para explicar los fenómenos atómicos. Luego de esta desprogramación, lograron entender el mundo del átomo y la esencia del universo. Le expongo algunos ejemplos: La naturaleza real del átomo, está desprovista de todo estado sólido y de todas las cualidades o propiedades captadas por nuestros 5 sentidos. A raíz de este descubrimiento, hacia el año 1941, la física quántica, comienza a desmaterializar lo que los físicos clásicos llaman materia, haciéndonos ver un mundo de ondas y luz.

Hoy día no tiene sentido el uso de la palabra materia ya que se sabe que las interacciones entre los objetos, son interacciones inmateriales y existe una pequeña y específica cantidad de energía manifestándose en todos los dominios físicos. A esta pequeña cantidad la llamaron Quantum y esa distribución de energía se da tanto a nivel de lo infinitamente pequeño que es el átomo como de lo infinitamente grande que es el Universo y lo podemos encontrar también en el crecimiento de todos los seres vivos.

La física quántica nos revela la existencia de un universo intemporal, liberado de la influencia del espacio y del tiempo, del mecanicismo humano, de la repetición, del hábito. Los científicos cartesianos no quieren aceptar la existencia de una realidad suprema atemporal que está subyacente en el conjunto de elementos y en el universo; los quánticos probaron que esto es una realidad y no un postulado. y con la estrecha y limitada mente del sistema aristotélico cartesiano, estos seudos científicos, especulan sobre lo atemporal y publican sus divagues como una realidad, engañando así, desde siglos, a la opinión pública.

La física clásica define como materia, a un objeto impenetrable, limitado en el espacio y percibido por nuestros sentidos, como algo inerte, y al universo, como un sistema mecánico compuesto de parcelas materiales. Por el contrario, la física quántica demostró que la materia es penetrable, que es bombardeada constantemente por millones de ondas de todas las categorías y que no está limitada en el espacio porque parte del aspecto ondulatorio de cada átomo se extiende hasta el universo y recíprocamente del universo a cada átomo. Estas interacciones, echan por tierra la noción de objeto aislado e independiente, con propiedades autónomas.

La física quántica confirma que los objetos están en interdependencia e interacción y que concierne, no solamente al espacio sino también al pasado, presente y futuro, como una sola unidad de tiempo. Es por esto, que los objetos retienen la energía vibratoria de una situación o de las personas que estuvieron en contacto con ese objeto; y es así como personas sensibles, al tocar los objetos (antigüedades por ejemplo) pueden captar dichas energías aunque haya pasado un largo tiempo y descubrir o revelar acontecimientos o detalles que tengan relación con el dueño del objeto, como si estuvieran viviendo ese momento.

La física quántica probó científicamente la existencia de una inteligencia superior presente en todas las cosas en simultáneo, que rige el átomo y el cosmos a la vez, lo que nosotros llamamos “Dios” y nos ayuda a tomar conciencia de las leyes que gobiernan el universo y nuestro interior de la misma manera, al mismo tiempo. También nos revela nuestras limitaciones impuestas por la estructura de pensamiento aristotélico – cartesiano – newtoniano, así como nuestros condicionamientos resultantes de nuestras diferentes escalas de observación, de todos los a priori y de todos los valores introducidos. Nuestra percepción que genera los conceptos, está condicionada. y como decía Bergson, nuestra lógica, es una lógica de sólidos, lo cual nos impide percibir lo sutil, lo invisible a nuestros 5 sentidos, o sea que estamos condicionados y somos prisioneros de la lógica aristotélica y en lugar de ver realmente, sólo proyectamos nuestros propios condicionamientos y limitaciones sobre todos los seres y sobre todas las cosas. Miramos a los seres y a las cosas, separando y deformándolos con nuestra óptica de parcelamiento arbitraria y es por eso que no podemos percibir la globalidad, no podemos hacer el une con flechas de las diferentes situaciones y realidades.

Es debido a este condicionamiento de separar todo y separarnos de todo, que no somos capaces de ver la conexión entre la realidad que nos rodea y nuestra realidad interior. Nos creemos grandes al ver la paja en el ojo ajeno y no somos capaces de ver una viga en el nuestro, lo que significa que todo lo vemos, como si fuera un problema ajeno, externo a nosotros, sin poder observar y admitir, ya que el ego no acepta, que manifestamos un comportamiento similar al que criticamos. Estamos excluidos permanentemente de todo lo que observamos. Los físicos quánticos, nos dicen que es necesario romper los esquemas mentales rígidos, en el cual el pensamiento humano se encuentra encerrado, además de transformar el funcionamiento de nuestros pensamientos y el sentido de nuestros valores. Insisten en que debemos suprimir las fragmentaciones codificadas por el condicionamiento del hemisferio izquierdo del cerebro, impuesto por la educación y el hábito, para así poder llegar a la percepción global inmediata a través del hemisferio derecho del cerebro, sin automatismos y sin identificación con el ego. Sólo así podremos percibir la verdadera realidad y llegar al despertar interior auténtico.

Veamos el programa insertado en nuestra mente, que funciona como estructura de pensamiento, creado por Aristóteles (384 – 322 a.C).Es uno de los fundadores del pensamiento occidental actual. Como dice Manuel García Morente, “no se puede decir que Aristóteles haya inventado la lógica, puesto que en la dialéctica de Platón hay una lógica implícita, pero sí, Aristóteles le dio estructura y forma definitiva a eso que hoy día llamamos lógica”. Su pensamiento influencia la edad media y llega hasta nuestros días, gracias a Santo Tomás de Aquino, teólogo italiano (1225 – 1274 d.C.) y a la escolástica, quienes lo aplicaron con rigor. La Inquisición nace de esta estructura de pensamiento, que fue plenamente adoptada y reforzada por la Iglesia Católica porque beneficiaba a sus intereses. Sobre este último punto, Alfred Korzybski expresa que Aristóteles nos tiene influenciados, desde hace más de 2.000 años, sin que podamos cuestionar y revisar su sistema. Sin correr riesgo de persecución al querer hacerlo.

Las bases del pensamiento aristotélico son 3 principios:
1) Principio de Identidad. 2) No contradicción. 3) Tercero excluido.

1) Principio de Identidad: A es A. Todo ser u objeto es idéntico a los de su clase. Pensamos, según este principio, en términos de identificación, es decir, de identidad. Ejemplo: todos los árboles de lapacho son iguales.
Refutación No – A: La naturaleza nos muestra que no existen dos hechos idénticos, por eso Heráclito decía que no podemos bañarnos dos veces en las mismas aguas de un río. El reconocimiento de que todo está en permanente cambio y movimiento, hecha por tierra el principio de identidad aristotélica. Demuestra que lo fundamental es el principio de no identidad.

Esta estructura mental aristotélica, que rige actualmente nuestro pensamiento y hasta nuestro lenguaje, impide que percibamos y nos sintamos parte, de toda la “realidad” que nos rodea… realidad componente de una unidad cósmica y con la que deberíamos estar conectados, si nos encontráramos en resonancia con ella.

2) Principio de No Contradicción. Una cosa no puede, ser y no ser a la vez. Una misma cosa no puede, a la vez y al mismo tiempo, ser lo que es y no serlo. Esto significa que no se puede atribuir a un sujeto, dos predicados contradictorios. No se puede decir, según esta limitada lógica, A es B y no B.
Refutación No – A: La omisión de este principio permitió el avance de la física y así se pudo pasar de la mecanicista a la Quántica. Se logró pasar de la visión parcial a la visión holística, comprobando las diferentes manifestaciones de una cosa en diferentes planos y momentos de su existencia.

3) Principio de Tercero Excluido. Toda cosa debe ser o no ser. No hay término medio, es blanco o negro. No da posibilidad a una tercera solución. Esto lleva a una orientación bi-valente, por ejemplo: capitalista – comunista, rico – pobre, cristiano – satánico…
Refutación No – A: Tendríamos que tomar la media y no los extremos. Si tomáramos en cuenta la estatura de nuestra población, lo clasificaríamos en estatura mediana y no en bajos o altos. Todas las leyes de pensamiento occidentales, son una aplicación de estos 3 principios fundamentales de la razón que a su vez, se resumen en el principio de identidad.

Para la lógica aristotélica, A es A. Por ejemplo: un taxista es un taxista, una palabra es una palabra, A es diferente de NO – A. Por el contrario, para la lógica No – Aristotélica, A es A en algunas circunstancias y No – A en otras. O sea que A, no puede ser idéntico en el transcurso del tiempo. Por ejemplo: un taxista, puede ser además, un plomero o electricista así como padre de familia, esposo y amigo.

Ir más allá de los opuestos binarios, superar el principio tercero excluido, no se puede aplicar a lo sexual. Lo masculino y femenino existe en toda la creación y está bien definido. El resto son enfermedades mentales, y deben ser tratadas como tales, por mucho que la ideología de género lo niegue.

Esta estructura mental aristotélica, que rige actualmente nuestro pensamiento y hasta nuestro lenguaje, impide que percibamos y nos sintamos parte, de toda la “realidad” que nos rodea. Realidad componente de una unidad cósmica y con la que deberíamos estar conectados, si nos encontráramos en resonancia con ella. Éste pensamiento aristotélico, nos excluye de la vida y nos corta de la fuente de conciencia y conocimiento, que llamamos Dios. Uno de los mayores problemas del humano es que se cree centro del universo, a mayor y menor escala. Cree erróneamente que todo gira entorno a él. Que su percepción de la realidad es la verdadera y que los demás se encuentran equivocados, sin darse cuenta de que la realidad que percibe cada uno, no es más que un proceso de razonamiento simplista, excluyente, arcaico, basado en y filtrado por, sus condicionamientos y que su veracidad y alcance, no va más allá que en su propia mente. Y aunque logre convencer de su teoría a los demás y obtenga seguidores, no significa que su visión condicionada de las cosas, sea en realidad verdadera. o sea, que hemos estado siguiendo percepciones ilusorias de una mente, en un momento determinado, que va deformándose con el paso del tiempo. Y de esto, hace milenios.

Algo importante de recalcar es que ignoramos el hecho ocurrido en sí, aferrándonos a las interpretaciones que se hicieron de él, que con el paso del tiempo, dista cada vez más, del hecho ocurrido; como ejemplo de esto podríamos tomar, el mapa y el territorio: una persona, en un determinado momento, trazó un mapa con lo que sus sentidos condicionados observaron sobre la realidad aparente de un territorio. Este territorio, cambia constantemente, pero el mapa permanece estático.

El pensamiento aristotélico, se aferra al mapa tomándolo por el territorio, por lo tanto, nos aferramos a una ilusión óptica de una persona, sobre una supuesta realidad en un momento dado y eso lo registramos como el hecho en sí. Reemplazamos el mapa por el territorio. Además, la lógica aristotélica, no otorga verdades nuevas, sino que sirve para probar lo ya establecido. Ejemplo: el triángulo tiene tres lados. Para que quede claro: Todo este problema, viene a causa de los condicionamientos. Por ejemplo: fíjese en aquellos que leen un mismo texto. Lo que para uno significa A, para el otro puede ser B, C o D, además de reemplazar la explicación condicionada de la cosa, ignorando a la cosa en sí. Dentro del lenguaje sería: la palabra se toma por un hecho; además, esta palabra se convierte en un estímulo que desencadena en una reacción determinada. Como ejemplo tomemos la palabra cáncer. Ésta palabra más que el nombre de una enfermedad, fue convertida por la sociedad en un estímulo, cuya reacción determinada es muerte. Principio aristotélico de identidad: A = A – CÁNCER = MUERTE. Las personas que reciben tal diagnóstico, se condicionan mentalmente para morir y materializan los síntomas que finalmente le provocan la muerte. En cambio, en otras sociedades con valores diferentes, esta misma palabra cáncer, puede tener una reacción, como si le dijeran, usted tiene gripe. En este caso, la reacción psico – somática del paciente, sería de cansancio físico, congestión nasal y cama por unos días. Nada más.

Otro ejemplo de esto, lo vivimos hoy en día, con el caso del Dengue. Tanto es lo que los medios de comunicación difunden la información sobre los síntomas del Dengue, que generan, ante cualquier picadura de mosquito, sea o no el Aedes Aegypti, la somatización de los mismos síntomas de la enfermedad… debido a nuestra estructura de pensamiento A, basada en los reflejos condicionados y en el principio de identidad. De ahí que hay tanta gente que dice tener Dengue, pero los análisis le salen negativos. Hoy por hoy, aristotélicamente hablando, Mosquito = Dengue. Para profundizar más en el condicionamiento impuesto por nuestra educación, volvamos a las preguntas que cité anteriormente.

La humanidad no logra resolver estos paradigmas, porque se encuentra desconectada de la fuente, desconectada de su espíritu y esclavizada por un razonamiento totalmente opuesto a la corriente de vida que forma parte del ritmo perfecto del universo. Qué significa todo esto? Que usted sólo ve lo que su mente le deja ver y para colmo, toma esta percepción mental, como la única forma válida de percibir las cosas y las toma como verdaderas y definitivas. Habrá escuchado y repetido estas frases con que el humano justifica su muy lejana distancia del conocimiento: “no existe una sola verdad” ó “cada uno tiene su verdad”. La verdad,
ultima existe independientemente a los diferentes divagues que se hagan sobre ella o los mapas que se tengan.
Este sistema aristotélico instalado en su mente y que rige su pensamiento, divide lo indivisible; toma como vivo, lo muerto; toma como realidad, la ilusión. Y así, lo mantiene dormido, lejos de la verdad y totalmente sometido a las exigencias de este sistema materialista, que lo necesita en ese estado adormecido, para seguir sosteniéndose.

Durante milenios, fuimos sometidos como esclavos para servir al sistema y a las estructuras que lo soportan y entre estas, por tomar un ejemplo del poder reinante actual, nuevamente podemos encontrar a las religiones, que han utilizado vorazmente este sistema de pensamiento, haciendo uso y abuso de él, para someter a la humanidad hasta hoy día. El caso más extremo y relativamente cercano, entre los ejemplos religiosos lo representa la iglesia católica, que ejerció su poder con la fuerza del dinero, promoviendo y financiando guerras sangrientas, que costó la vida de millones de “paganos”, para imponer “la imagen de un Dios”, vengativo y contradictorio, muerto en una cruz.

Estos personajes que se hacen llamar “Ministros de Dios” se impusieron como los dueños de la verdad y en los varios siglos que duró la Inquisición, sometieron a millones, que tenían otra forma de vivir, de ver y sentir la vida y al Dios vivo. y los torturaron hasta la muerte, quemándolos o descuartizándolos vivos, si no aceptaban “su verdad”. Fue así, por medio del terror y el dinero, que reforzaron el pensamiento aristotélico, ya que servía perfectamente a sus planes. Ellos eran los únicos que dictaban las pautas de lo bueno y lo malo; de lo verdadero y lo falso; de qué es pecado y que no; de la realidad y la fantasía; de lo divino y lo satánico, según “su” criterio basado en “sus” intereses, recibiendo onerosos ingresos por las indulgencias de los pecadores. Esto se aplicó luego a los idiomas, ciencia, economía, política, literatura, historia, filosofía, etc. para sostener la estructura imperialista, ya que es imposible dominar a multitudes despiertas y conscientes.

Es imposible someter a pueblos que perciben las verdaderas intenciones de los grupos de poder y hacen la concatenación de los hechos de una manera holística. Por eso, todo lo que creemos conocer actualmente, está limitado por nuestro lenguaje y nuestros filtros mentales. Y adivine quién instaló esos filtros en su cabeza a través de las enseñanzas transmitidas durante siglos, en nombre de Dios.

Estos supuestos dueños de la verdad, asesinaron a todas las personas, tildándolos de herejes, que se atrevieron a vislumbrar algo diferente a su dogma, que osaron abrir la boca y decir que la realidad no era tal como la imponían los “Ministros de Dios”. Aquellos “herejes”, que descubrieron por medio de la visión espiritual y conexión con la naturaleza, una realidad que se impone por sí misma, sin lugar a dudas e instantáneamente y que captaron el verdadero sentido de las enseñanzas de los Enviados del Cielo, fueron muertos antes de poder despertar a la humanidad para que esta se libere de la esclavitud física, mental y espiritual.

Como consecuencia de esto, el mundo actual se encuentra en este estado comatoso, al borde de la destrucción, debido a la ignorancia y arrogancia humana, que “cree que sabe y conoce” su funcionamiento, su naturaleza, su forma de vida, su palpitar interior, convirtiéndose en juez de todas las cosas, sin conocer y comprender de ellas, absolutamente nada. Es triste ver cómo la gente se aferra a una supuesta verdad, leída en algún libro religioso o de ciencia, o tal vez, escuchada en algún lugar. Asume esa expresión como si fuera cierta. No intenta descubrir la realidad por sus propios medios. Develar si aquella expresión es correcta o no. Toma lo que dicen otros como algo absoluto, sin saber las verdaderas intenciones de gente que son igualmente ignorantes como él, aunque bajo el título de científicos, investigadores, sacerdotes, pastores, etc. Casi nadie trata de vivir aquella realidad oculta a nuestros sentidos, que es percibida a través del espíritu, porque nos impusieron un miedo mental, que fue reforzado de manera premeditada para que nunca veamos la verdadera realidad: que Dios se encuentra en todas y cada una de las cosas; y en resonancia con ellas, formamos parte de la unidad, sin intermediario alguno, más que nuestro propio trabajo interior.

La misión encomendada por los Dioses del Olimpo al sabio Sócrates, consistía en inmiscuirse en el alma humana, obligarlos a reflexionar y enseñarles a razonar. Obligarlos a dudar, a tornar discutible lo que se tiene por indiscutible e inducirlos a buscar la verdad suprema en el interior de ellos mismos, ya que la causa de todos los problemas radicaba en que la criatura humana había descuidado la visión de su propio espíritu.

La vivencia espiritual es la forma de descubrir si los enunciados son verdades o mentiras.

Todos los misterios del universo se encuentran ocultos en cada átomo de su existencia. Es cuestión de que busque en su interior las respuestas, para que éstas le sean reveladas. No se conforme con los conceptos vacíos, que aunque los repita y perpetúe, siguen vacíos. Mírese al espejo. Analice su vida hasta hoy. Sea honesto y sincero consigo mismo. Cree usted que irradia la energía, salud, vitalidad, fuerza, alegría, entusiasmo, coherencia, calma, paz, sabiduría y armonía espiritual, de un ser conectado con Dios? Observe su existencia sin camuflajes. No se justifique. Sólo obsérvese objetivamente.

Cómo podría usted hablar de la naturaleza, si nunca se conectó con ella y sintió en todo su ser, como vibra? Podría describir los latidos de un árbol y la energía vibrante y cambiante de todo un campo? Experimentó alguna vez, la fuerza espiritual, reparadora y energética del sol, la luna y las estrellas? Escuché varias veces a ignorantes decir, que ellos no creen y que todo eso es bola. Cómo pueden aseverar que no existe si nunca lo vivieron? Habiendo existido verdaderas “civilizaciones” que, al estar en armonía espiritual con dichas fuerzas, vivieron y viven felices, en paz y en contacto con la fuente de conocimiento. Por qué nosotros no somos capaces de ver más allá de lo que nos “dicen”, los que “supuestamente saben”? Por algo los enviados, nos compararon con ovejas tontas a la hora de buscar a Dios.

Pregunte a su mente aristotélica, cómo cree que sería posible que civilizaciones lejanas a nuestro tiempo, hayan podido determinar, sin aparatos de medición alguno, fenómenos que ocurrirían miles de años después, exactamente cuando las tenían previstas. Y por favor, ahórrese sus teorías sin fundamento, que repite como loro. Esa respuesta la podrá obtener el día que logre entrar en la corriente energética del universo y se encuentre en contacto con la fuente de conocimiento a través de un trabajo interior. Antes de eso. Puro divague. Esta manera aristotélica de pensamiento, basada en la especulación y que nos fue impuesta desde nuestro nacimiento, comenzando por el lenguaje, en la educación, en la vida cotidiana, de chicos hasta adultos, hace que no podamos percibir toda la mágica vida cósmica que nos rodea, porque sencillamente, nos desconecta de ella. Nosotros vivimos una realidad, que no es más que una especulación de ella.

Observe y haga la prueba: Cuando usted mira un jardín, se ve integrado a él, o excluido de él? El hecho de que nuestra mente divida todas las cosas, hace que no podamos percibir la interconexión entre todos. Imagino que seguirá pensando que cada uno es independiente y no existe tal conexión.

Observe y constate estos ejemplos: Por qué cree que ante un colérico o deprimido, las plantas se marchitan? Por qué cree que los animales sienten nuestra tristeza o nuestra alegría? Por qué los latinos, que fuimos agraciados con un clima cálido, lleno de sol, tenemos un carácter más hospitalario, extrovertido y alegre? Y por qué los habitantes de países con clima frío, permanentemente nublado y con llovizna, tienen carácter introvertido, egoísta, independiente y apático? Si supuestamente todos somos individuos independientes, (principio de identidad, no contradicción y tercero excluido) cómo es que la naturaleza influye en nosotros y nosotros en ella?

Observe si este “fenómeno” que los científicos tildan de estados psicológicos, no son más bien, la interconexión clara entre todos. Cuando estamos en armonía y conexión con la vida, todo florece en nuestro interior y a nuestro alrededor. Por eso decimos en “armonía con nuestro entorno”; mientras que al contrario, viviendo desconectados de la naturaleza y aferrados al mundo materialista y egoísta, nuestro desequilibrio interior se exterioriza y afecta a todo nuestro entorno igualmente.

Observe y constate. Cómo explica que una madre que ama a su hijo, sienta cuando este se encuentra en peligro? O cuando dos personas que se aman se sientan el uno al otro, a miles de kilómetros? O simplemente, la telepatía? O cuando un perro aúlla ante la muerte de alguna persona, que se encuentra lejos? Con estos ejemplos, que los podremos encontrar a cada momento en la vida cotidiana, a través de una observación consciente, determinamos que existe una interconexión entre todos.

Observe y constate. Esta conexión, invisible o imperceptible a nuestros sentidos físicos condicionados, se trata de energía que está en constante intercambio. Aumenta y disminuye su vibración, con cada pensamiento, sentimiento o sensación. y con cada “movimiento” de la conciencia.

El cuerpo humano, diariamente está cambiando. Minuto a minuto, está llevando a cabo procesos en las células, moléculas, átomos, etc. Nadie puede decir, que hoy está igual que ayer, porque aunque no lo perciba, está cambiando todo el tiempo. Pero para nuestra mente, como no percibe estos cambios, simplemente no existen. Por otro lado, un factor externo (supongamos el campo), hace que una persona, funcione totalmente diferente a otra que se encuentra en diferente situación (la ciudad). Igualmente, dos individuos que se encuentran en el mismo lugar (campo), no perciben de la misma manera su entorno, por las vivencias y condicionamientos que tienen acumulados desde que nacieron. Por lo tanto, este mismo entorno, afecta a sus cuerpos y mentes de manera diferente. O sea, que ante una misma situación, nadie reacciona de igual manera. Por lo tanto, “los estudiosos” de todas las áreas no deberían englobarnos en una fórmula obtenida en un momento determinado y que luego toman por la realidad permanente.

Es por eso del fracaso de la ciencia y religiones ante los problemas humanos. No asimilan los cambios. Son mecanicistas y simplistas, discapacitados espirituales para percibir la “realidad” que nos envuelve.

La verdadera realidad, evoluciona constantemente. Nosotros, desconectados de ella, quedamos atrás. y muy lejos. el resultado: los desórdenes en todos los planos de existencia. Observe y constate. La ciencia quiere determinar como resultado absoluto, un momento, un estado, una reacción de una partecita del todo. Que erróneamente toman por el total y que puede ser diferente al segundo siguiente.

No admiten que somos más de lo que vemos. No admiten que hay fuerzas energéticas que manejan nuestra existencia aunque no se perciban con los sentidos físicos. No admiten que todo funciona en conjunto: cuerpo, mente y espíritu. Creen estúpidamente que pueden sanar a uno, ignorando a los otros. Y salta de nuevo el error: porque no percibo, no existe. (No contradicción)

Creen que su política de agresión, hace que el mal desaparezca, no queriendo aceptar, que la acción de agresión, genera una reacción de agresión igualmente. Causa / Efecto. Y esto ocurre nuevamente, en todos los aspectos de nuestra vida. Podríamos verificarlo en la política, la medicina, la religión, la educación. Observe y constate.

El universo tiene sus leyes que funcionan perfectamente. Los que estamos totalmente de contramano con ellas, somos los humanos. La física quántica, más espiritual que cualquier disciplina que se autodenomine como tal, nos dice que para percibir y constatar la realidad en que vivimos, debemos desprogramarnos y desactivar de nuestra mente, esa manera antinatural de pensamiento, que nos aísla y destruye, nos esclaviza, nos enferma y nos mantiene desconectados totalmente de nuestro ESPIRITU, integrante de la UNIDAD UNIVERSAL. Los físicos quánticos, luego de haber percibido y constatado la realidad, recibieron el conocimiento de la fuente y pudieron comprobar en el plano físico, científicamente, todo lo relacionado con la presencia de la conciencia divina que rige a todas las cosas.

Aquella conciencia, una inteligencia superior que dirige el correcto funcionamiento del universo, integrante también de nuestros electrones, se ve en permanente lucha con nuestro razonamiento aristotélico materialista y pesimista, desconectándonos de toda fuente de retroalimentación, razón por la cual, padecemos de enfermedades, deformaciones, depresiones, amargura, tristeza, debilidad, de búsquedas sin respuestas.

Padecemos del VACÍO INTERIOR, por estar desconectados de Dios. De la fuente de conciencia. Aquella conciencia, latente en nuestro interior, nos empuja a observar nuestra situación, para que volvamos a conectarnos y equilibrarnos con la fuente. En el 4to escrito, he mencionado, que la mente divide y el espíritu unifica.

Nuestra mente divide, por la forma de pensamiento que tiene cargado como programa, donde una cosa no puede ser otra al mismo tiempo. No puede cumplir varios roles ni cambiar de un momento a otro. Nuestra mente aristotélica nos dice que A no es igual a B. Nos dice que son cosas separadas e independientes y que no pueden ser parte uno del otro, ni interactuar entre si. Nuestra mente aristotélica no acepta como verdadero, lo que no puede ver ni tocar, por lo tanto dice una cosa como que cree en Dios, pero en realidad, por la práctica diaria, demuestra que no lo hace, ya que se aferra a imágenes o dogmas creados por el humano y vive desconectado de la fuente divina.

Para colmo, la física clásica, está basada en la teoría mecanicista de Newton, refuerzo contemporáneo del sistema reduccionista aristotélico y cartesiano. Newton creía que todo formaba parte de un sistema y que cada pieza es independiente de la otra. Newton creía que el universo era un enorme sistema mecánico. El mundo para Newton es netamente material y mecánico, totalmente predecible e inmutable.

Newton opta por desconocer lo que no tiene comprobado científicamente en el plano físico y, sobre lo material, emite divagues o especulaciones bajo el título de leyes que terminan explicando “nuestra supuesta realidad”. En cambio si vivimos y observamos con los ojos del espíritu. a través del lado derecho del cerebro, que utiliza el sistema NO – A de pensamiento, tendremos la certeza de que la realidad es totalmente opuesta a las conclusiones vacías de esa forma de pensamiento concreto. La física quántica, basada en el sistema NO – A de pensamiento, nos expresa que todo es energía que interactúa entre sí, sin divisiones. Que lo que un momento fue A, al momento siguiente puede ser A, B y C simultáneamente. Que lo mayor influye en lo menor. Que ciertamente formamos parte de un todo (aunque por el momento como una nota discordante dentro de la sinfonía universal) que se encuentra conectado con el universo y que, si nos ponemos en resonancia con aquella fuerza cósmica, seremos entonces parte de ese todo, funcionando al mismo ritmo y cumpliendo con el rol que nos fue asignado dentro del sistema divino y perfecto. Dos puntos totalmente opuestos verdad?

Otra consecuencia fatídica del sistema aristotélico de pensamiento es que: “El humano, reciba la revelación que reciba, no integra nada, porque intenta analizarla por pedazos”, no logra concatenar una cosa con la otra. O sea, hacer el une con flechas de una situación a la siguiente, que al mismo tiempo se encuentra conectada con la anterior. Ve y analiza las cosas de manera separada, no pudiendo captar el concepto holístico, general, la esencia del mensaje, la “idea motora”. Habrán escuchado varias veces: “se ahoga en un vaso de agua”, ya que en lugar de captar la esencia de las cosas, se pierde tratando de definir una partecita del todo. Y peor, el pensamiento aristotélico, intenta definir una realidad aparentemente externa a si mismo, ahogado en su vaso de agua sucia, cuyo vidrio está más sucio aún, de condicionamientos impuestos desde nuestro nacimiento.

Para poder percibir la verdadera realidad, debemos salirnos del vaso, limpiarnos de toda la suciedad y aprender a ver y percibir todo de nuevo, desde la perspectiva NO – A. Es necesario desprogramarnos para poder empezar a sentir la vida misma y no la ilusión que nos enseñaron como vida, que no es más que un simple concepto errado, no la vida en sí.

La mente aristotélica, toma su percepción como la realidad, independientemente del objeto observado. Recordando el ejemplo del mapa y el territorio, donde el mapa, es una observación gráfica del territorio, que aparte de poder contener errores de cálculo, simplemente no grafica los cambios producidos en él. El humano toma como realidad permanente, un momento; al momento siguiente, aquella realidad puede ser otra muy distinta, que existe independientemente de la idea que tenga el humano de ella. Como ejemplo más reciente de este estúpido razonamiento, los científicos determinaron, que Plutón ya no es un planeta del sistema solar, porque supuestamente hubo una reducción de su masa y por eso, ellos ya no lo consideran “planeta”.

Esa arrogancia e ignorancia humana, de querer catalogar y definir cosas que no están a su alcance, basados en especulaciones que llaman teorías, no hace que las cosas adopten esa realidad que mencionan los científicos en sus ególatras divagues. A esto se refiere la expresión: existe independientemente, de la idea que el humano tenga de ella. Plutón sigue siendo lo que es, independientemente de si el humano lo cree o no.

El que haya sufrido cambios que el humano percibió luego de miles de años, no significa que su realidad sea la que dicen los humanos, ni que deje de existir e interactuar dentro del sistema solar. Y esa manera de pensar, la podemos ver en todas las escalas sociales. Desde los centros de investigación hasta la vida doméstica. Nuestra supuesta realidad, no es más que un divague de nuestros condicionamientos, basada en la observación de un momento de la apariencia, captada por nuestros sentidos físicos, de la realidad. Por ejemplo: Si hay un carro de bomberos frente a una residencia, se produce la observación de un hecho, pero la mente empieza a emitir teorías del por qué está ese carro de bomberos en el lugar. A esta observación, que llamaremos un momento de la apariencia de la realidad, puede agregarse un sin número de teorías, de acuerdo a la intensidad de la imaginación de cada persona. Lo peor de esto, es que al volver a comentarlo, esos divagues, se toman por la realidad. O sea, que un momento de una realidad aparente, se convierte en una ilusión o fantasía. Nuestra mente no queda en una constatación, indefectiblemente agrega los divagues al primer hecho aparente, y los repite como si fueran parte de aquél. Esto mismo ocurre con todas las cosas de la vida, que nos enseñaron como verdades descubiertas por los científicos. Observan un momento una cosa, sacan sus teorías sobre el asunto y las difunden como la realidad de la cuestión.

Se da cuenta usted ahora, de la magnitud de la frase: todo lo que nos rodea es una ilusión??? Para ver y sentir la verdadera realidad, debe desprogramarse de la ilusión en la que vive. Todo lo que usted cree que es, puede que no sea. He aquí el punto de partida del pensamiento NO – A. Aprenda a observar, callando a su mente y como simple hecho de constatación, sin emitir juicios. Observar la vida que irradia cada cosa. Su energía que vibra constantemente en forma cambiante. Aprender a ser parte de esos cambios, estando en armonía con ellos. Entrar en resonancia con la conciencia que habita en cada cosa. Deje de decir: esto es así, esto no es así.

Observe, constate, sienta, perciba los cambios y entre en armonía con aquello que está observando. Verá que sin razonamiento, la conciencia propia de lo observado le revelará sus secretos, que los comprenderá sin pasar por el razonamiento analítico al que está acostumbrado.